Juan Montiel, así decía el Documento Nacional de Identidad. Pero la patente sólo necesitaba el nombre en diminutivo: Juanito. Eso era más que suficiente.
Nació en el corazón de La Paloma, allí aprendió de amagues, caños y apiladas. En esos arcos que se armaban con dos piedras en plena calle. Lugares en los que cultivaba esa amistad perdurable en el tiempo.
En plena adolescencia jugó primero en Estrella Blanca, en la Liga de Barrios, luego pasó a Huracán para debutar en Primera División con enormes jugadores de compañeros. Juanito siempre tranquilo, calladito y dando lo mejor.
Tal vez por ese carácter bonachón no le dieron muchas chances en el Globo y prefirió volver a «Estrella» que pasó a ser Deportivo por aquel decreto militar.
Y jugó, jugó y jugó. Hasta meterse en el mundo de los Veteranos, recuperando el nombre de Estrella Blanca con los Seniors. Otra vez jugaba para «Su» Estrella.
Defendió la casaca en Seniors, y ya con el nombre de Los Amigos, siguió ligado a compinches de la infancia en La Paloma, como el Negro Alberto «Pelé» Pérez y Juan Carlos «Michelli» Hernández.
Infaltable Juanito para marcar la cancha, ordenar el buffet o colaborar con las planillas de los Seniors, Masters y Súper Masters. Así, era Juanito, incondicional.
Así, aún se sigue sintiendo en cada rincón de la cancha de Estrella
