«Ya había pasado todo lo de la inauguración del SUM. Fue un día grandioso para el club y para quienes queremos a Belgrano. Me quedé un ratito sentado afuera. Me acordada de lo que era el predio y cómo estaba ahora. Miraba a los chicos jugando a la pelota en la cancha, a nuestra gente bailando en el SUM. Y me puse a llorar de la emoción. Así sentí este paso que dio Belgrano ese día»
Los conceptos son de Juan Maldonado, presidente de un club que nació hace 57 años con el nombre de Magallanes pero en 1978, cuando se presentó el conflicto con Chile por el Canal de Beagle, un Decreto Nacional del Gobierno Militar, obligó a varias entidades con nombre de próceres o referencias trasandinas a cambiar la denominación. Allí se originó el nombre Defensores de Belgrano.
El club, además de tener representatividad en diferentes categorías de la Asociación de Veteranos, también posee divisiones en la Liga de Barrios. «Somos muchos en el club y eso favoreció para poder hacer lo que hoy se disfruta. Me refiero que, más allá del enorme aporte económico que nos dio el Municipio, nuestra gente, fue esencial para darle más valor a lo que se recibió a través de la gestión de Carlos Linares en la intendencia», dijo el dirigente.
Después de tener diferentes canchas en los alrededores de la ciudad, el club se aferró al predio del Barrio Abel Amaya. Comenzó con una máquina para emparejar el terreno y dos arcos para poder marcar el campo de juego. Luego fue agregando alguna mejora que ofició de buffet, aunque sin poder progresar mucho en materia edilicia.
«Siempre nos costó mucho hacer algo en la cancha, lo que se reunía de buffet lo invertíamos para los gastos de indumentaria, marcado de cancha… Una vez, juntamos algo así como 30 mil pesos, compramos materiales, arena, piedra, algunos ladrillos, y el temporal del 2017 nos llevó todo. Un tremendo golpe que nos dejó muy mal. Pero fue justamente ese impacto el que nos dio las fuerzas para intentar algo más. A partir de allí se empezó a gestar la idea de todo lo que vino después», comentó el presidente del club, Juan Maldonado.
Sucede que con el aporte Municipal, se abrió una puerta grande. El club, a través de Ricardo Alvarado gestionó ante el intendente Carlos Linares y se presentó una bisagra. «Con el entonces intendente se pudo hacer un plan de compromiso para invertir y crecer. Fue enorme lo que nos brindó el municipio. Nosotros fuimos rindiendo esos aportes con justificación de obras y se renovaba el compromiso. La mano de obra se hizo prácticamente propia, todo monitoreado por Luis «Patito» Rojas, que es además, el tesorero del club».
El SUM se denomina «Héctor Chueco Rasgido», los vestuarios llevan el nombre «Augusto Haro», mientras que todo el predio se identifica como «Garrincha Alvarado». «Es gente que hizo mucho por el club en diferentes momentos y es el modo de homenajearlos».
Para graficar un poco la magnitud de lo que experimentó Belgrano en este último tiempo, hay que mencionar que el Municipio aportó 3.530.000 pesos y que la obra, en sí, está valuada en 7.500.000 pesos, teniendo en cuenta otras donaciones y la mano de obra que fue casi exclusivamente aportada por integrantes de la entidad.
«Eso es digno de destacar, porque se hicieron muchas cosas ad honorem y eso da aún más valor al aporte. La familia de Belgrano aportó lo suyo desde cada lugar. Muchas mujeres hicieron cosas increíbles para mejorar el SUM, eso nos da la idea del sentido de pertenencia que manifestó cada uno que ayudó en algo», señaló Maldonado.
La nueva obra fue inaugurada el mes pasado, «tuvimos la presencia del nuevo intendente Juan Pablo Luque, que también nos ayudó muchísimo como el caso de Othar Macharashvili y Hernán Martínez. Pero gran parte de todo esto tiene que ver con el respaldo que nos ofreció siempre Carlos Linares», completó Maldonado.